Siempre hay algo especial en las cosas que dejamos atrás. Puede que no siempre sea lo mejor, pero cierto encanto de estos objetos y tecnologías antiguos y sencillos permanece con nosotros. Así ocurrió con los teléfonos móviles. Antes de que se generalizaran las pantallas táctiles, existían los teléfonos de pulsador: fiables, sencillos y aparentemente indestructibles. >>>>