La frase “Volveré” suena a algo familiar y conocido, a menudo utilizada en cualquier situación de la vida, porque muchos de nosotros recordamos la película de Hollywood sobre Terminator y otros robots que eran sus antagonistas. Pero lo que entonces era una ficción se ha convertido hoy en una realidad.
Así, científicos chinos y australianos, inspirados por esta película, en particular por el robot líquido T-1000, han creado su propio prototipo en miniatura que puede cambiar de forma.
Representantes de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China, la Universidad de Suzhou y la Universidad de Wollongong (Australia) se unieron al proyecto.
Han desarrollado un robot único. Como puede comprobar usted mismo. Tiene una composición y una estructura interesantes.
El robot consta de:
- rueda de plástico;
- batería de litio;
- gotas de aleación líquida de galio.
Como puede verse, el galio es uno de los principales componentes del dispositivo. Es un material no tóxico que puede pasar de un estado a otro, es decir, de blando a duro, a distintas temperaturas ambiente. Su punto de fusión alcanza los 29,76 C. Este material puede fundirse sosteniéndolo entre las manos.
Así, los desarrolladores incorporaron al robot una matriz de galio con partículas magnéticas, a la que denominaron “máquina magnetoactiva de transición de fase sólido-líquido”.
El robot se controla mediante imanes que hacen que las partículas se muevan, se fundan y se estiren.
Estas partículas magnéticas permiten que el dispositivo responda a un campo magnético alterno. Esto crea electricidad en el interior del metal, lo que aumenta su temperatura. Majidi subraya que la inducción calienta el metal y cambia de fase; después, una vez enfriado el ambiente, el material vuelve a solidificarse.
Los científicos probaron el dispositivo y descubrieron que pueden saltar pequeños agujeros, trepar por obstáculos de diversa índole y separarse para realizar tareas, como mover objetos antes de recombinarse y volver a curarse.
Además, el nuevo robot fue capaz de saltar a una altura 20 veces superior a la longitud de su cuerpo, soldó una placa de circuitos y fue capaz de sostener un objeto 30 veces más pesado que él mientras estaba en estado sólido.
Curiosamente, los desarrolladores han propuesto utilizar esta tecnología en biomedicina. Para dejar claro cómo sería el procedimiento, se realizó un experimento científico.
Desarrollo del experimento
- Los científicos colocaron una pequeña bola dentro de un modelo de estómago humano.
- El robot estaba en un estado sólido – esta es la condición principal.
- Se acercó rápidamente a la pelota. Al mismo tiempo, se derritió.
- En estado fundido, rodeaba la bola.
- Entonces el robot se endureció de nuevo y, junto con el objeto, fue más allá del modelo.
En este experimento, los científicos utilizaron galio, pero el estómago humano real, no su modelo, tiene una temperatura de aproximadamente 100 grados Fahrenheit, muy superior al punto de fusión del metal. Los autores escriben que, en este caso, se pueden añadir más metales para aumentar el punto de fusión del dispositivo.
Según Li Zhang, ingeniero mecánico de la Universidad China de Hong Kong, los robots de galio son el futuro de la robótica mundial. Podrán ensamblar, reparar objetos difíciles de alcanzar y actuar como un tornillo universal.