A veces cuesta creer que la tecnología antigua pueda seguir siendo de gran valor. Los puertos COM son un excelente ejemplo de esta tecnología “de la vieja escuela” que conserva su lugar en el mundo moderno. Desde el comienzo de la era digital, parecen haber servido de puente fiable entre los ordenadores y dispositivos externos como impresoras, escáneres y otros periféricos.
Un viaje en el tiempo hasta la década de 1960 revela el comienzo de la historia de los puertos COM. En los tiempos en que los ordenadores eran enormes y ocupaban habitaciones enteras, se hizo evidente la necesidad de un modo eficaz de comunicación entre distintos dispositivos. Los puertos COM fueron la respuesta a esta necesidad, ofreciendo un método de transmisión de datos que no sólo era fiable, sino también comprensible para los técnicos de la época.
Estos puertos, también conocidos como puertos de comunicación serie, permitían transmitir información en serie, bit a bit, a través de pequeños cables. Fue un gran avance, porque hasta entonces muchas tareas de comunicación requerían soluciones complejas y extensas.
Por supuesto, los puertos COM están lejos de ser los más rápidos según los estándares modernos, pero su sencillez y fiabilidad los han hecho indispensables en muchas situaciones, especialmente en la industria y en aplicaciones de misión crítica, donde la estabilidad es más importante que la velocidad.
No sólo nos cuentan la historia de la tecnología, sino también la historia de la innovación, mostrando cómo a veces los “viejos amigos” pueden permanecer con nosotros y adaptarse a nuevos retos y necesidades.
Fue en los años 60, cuando los ordenadores empezaron a utilizarse activamente en aplicaciones comerciales y científicas, cuando surgió la necesidad de una interfaz normalizada para conectar dispositivos externos. Los ordenadores de la época eran grandes y difíciles de usar. Necesitaban equipos especiales para leer los datos, como tarjetas perforadas y bandas magnéticas. El problema era que los distintos fabricantes utilizaban sistemas propios e incompatibles para conectar los periféricos, lo que dificultaba el intercambio de datos y la integración de los equipos.
En respuesta a esta necesidad, se desarrolló el estándar RS-232 (descrito en detalle en otro artículo). En resumen, el RS-232, introducido por primera vez en 1960, se convirtió en una de las primeras interfaces universales para la transmisión de datos. La norma describía la forma de transferir datos entre un ordenador y los dispositivos periféricos mediante comunicación serie. Esta norma permitía conexiones a una distancia de hasta 15 metros, lo que era un logro importante para la época: la capacidad de proporcionar una transmisión de datos fiable y muy estable a distancias relativamente cortas. Dispositivos como impresoras, ratones, módems y otros equipos podían conectarse fácilmente a ordenadores personales y grandes sistemas informáticos. Además, el uso de un puerto normalizado ha facilitado la integración de equipos de distintos fabricantes, contribuyendo al desarrollo de la industria informática.
Importancia para el desarrollo de la informática
La temprana introducción de los puertos COM fue de gran importancia para el desarrollo de la tecnología informática. Esta tecnología sirvió de base para el desarrollo de muchas futuras normas de comunicación e interfaz, lo que demuestra la importancia de la normalización y la universalidad en el progreso tecnológico.
Durante las décadas de 1970 y 1980, con el desarrollo de los ordenadores personales, los puertos COM se hicieron aún más populares. Fueron una parte importante de los primeros PC, en particular del IBM PC.
Además de conectarse a periféricos, los puertos COM se utilizan mucho en la industria y la investigación. Se utilizan para recoger datos de diversos sensores, controlar máquinas y sistemas automatizados. Su fiabilidad y sencillez las convierten en la opción ideal para aplicaciones críticas en las que se requiere un funcionamiento estable e ininterrumpido.
Disminución gradual de la popularidad
Con la llegada del USB a finales de los 90, la popularidad de los puertos COM empezó a decaer. USB ofrecía mayores velocidades de transferencia de datos, conectividad y la posibilidad de admitir un gran número de dispositivos a través de un único puerto. A pesar de ello, los puertos COM siguen siendo importantes en algunas aplicaciones especializadas e industriales, donde su fiabilidad y sencillez no tienen rival.
La extraordinaria historia de los puertos COM es una historia de innovación, adaptación y resistencia. Fueron testigos del nacimiento de la era informática, de su desarrollo y transformación. Aunque el espacio tecnológico moderno ofrece formas de comunicación más rápidas y cómodas, los puertos COM siguen teniendo su lugar allí donde se valora la fiabilidad y la sencillez.