Impacto en el trabajo, la educación, la sanidad y otros ámbitos

Trabajo y empleo

La IA podrá automatizar muchas de las tareas que actualmente realizan las personas. Está claro que algunas profesiones podrían desaparecer por completo, mientras que surgirán otras nuevas relacionadas con el control y la colaboración con la IA. Según un estudio, la propagación de la potente IA podría poner en riesgo de automatización el equivalente de hasta 300 millones de puestos de trabajo en todo el mundo, ya que aproximadamente dos tercios de las profesiones modernas incluyen al menos algunas tareas que la IA puede realizar en lugar de los humanos. Sin embargo, esto no significa un desempleo total: se espera que la mayoría de las profesiones sólo se automaticen parcialmente, y la IA complementará el trabajo humano en lugar de sustituirlo por completo. Históricamente, la tecnología también ha creado nuevas profesiones, y así también la IA general podría dar lugar a industrias enteras que no podemos predecir. Puede que las personas tengan que aprender nuevas habilidades, centrarse más en los aspectos creativos, de gestión e interpersonales de su trabajo, dejando la parte rutinaria o analítica a las máquinas. Tal vez en un mundo de IA fuerte se reduzca la jornada laboral humana y aumente la productividad de la economía.

Formación y educación

Los tutores de IA y los programas educativos personalizados pueden hacer que el aprendizaje sea mucho más individualizado y eficaz. Una IA potente actuará como un profesor ideal que adapte la metodología a un alumno concreto, explicando cualquier tema de forma accesible. Hoy en día, la inteligencia artificial se utiliza para personalizar el aprendizaje, pero imagina que en todas las aulas habrá una IA que comprenda perfectamente la pedagogía y la psicología de los niños. Tal vez los planes de estudios se creen sobre la marcha para satisfacer las necesidades del alumno, y la IA podrá analizar inmediatamente las lagunas de conocimiento y las mejores formas de llenarlas. De hecho, la educación puede volverse más atractiva, por ejemplo, con la ayuda de simulaciones (creadas por la IA), los alumnos podrán revivir acontecimientos históricos o realizar un experimento científico virtual.

Medicina

En medicina, la IA se convertirá en un médico e investigador extremadamente experimentado al mismo tiempo. Un sistema así será capaz de analizar instantáneamente los síntomas de un paciente comparándolos con millones de casos, hacer diagnósticos con una precisión superior a la humana y ofrecer planes de tratamiento personalizados óptimos. La superinteligencia ayudará a descubrir nuevos medicamentos y terapias mucho más rápido que ahora, modelizando la interacción de las moléculas o el efecto de los fármacos en el organismo. Ya hemos mencionado AlphaFold, que reveló la estructura de las proteínas, y los sistemas futuros podrán resolver otros problemas sin resolver en biología y química. Además, los asistentes de IA podrán controlar la salud de las personas 24 horas al día, 7 días a la semana (mediante sensores portátiles) y advertir de enfermedades antes de que aparezcan.

Entretenimiento.

Ni que decir tiene que el sector del entretenimiento también cambiará significativamente. En primer lugar, los contenidos generados por la IA inundarán el mercado: películas, música, literatura, videojuegos generados o cocreados por la inteligencia artificial se convertirán en algo habitual. En segundo lugar, una IA potente dará lugar a nuevos formatos de ocio. Por ejemplo, películas o series de TV totalmente interactivas en las que la trama se adapte a las reacciones del espectador en tiempo real. O videojuegos/mundos virtuales ultrarrealistas (comentados en la parte anterior del artículo), donde puedes vivir otra vida en una simulación. La personalización del entretenimiento alcanzará su punto álgido: La IA conocerá tus preferencias y creará contenidos sólo para ti.

Como puedes ver, ningún ámbito permanecerá inalterado. Idealmente, una IA fuerte puede traer una “edad de oro” a la humanidad, con alta productividad, victorias sobre las enfermedades y prosperidad intelectual y cultural. Pero estos mismos cambios también traen retos, que discutiremos más adelante.

RETOS

Crear una inteligencia artificial fuerte no es sólo una tarea técnica, sino también un gran reto social. Es probable que esta tecnología cambie radicalmente el mundo, por lo que debes pensar de antemano en los riesgos/problemas que pueden surgir. Ya hemos hablado antes de algunos de ellos:

Seguridad y control sobre la IA (el problema de la controlabilidad). Una de las cuestiones más importantes es cómo garantizar que la IA superpoderosa actúe en interés de los humanos. Si una IA potente aprende por sí misma y se rediseña, existe el riesgo de que desarrolle objetivos propios que difieran de los nuestros. Los escenarios en los que la IA se descontrola son populares en la ciencia ficción, pero también los consideran científicos bastante serios. Por ejemplo, una superinteligencia podría, en teoría, encontrar formas imprevistas de alcanzar un objetivo determinado que fueran perjudiciales -he aquí un ejemplo clásico: si le pides que maximice la producción de clips sin poner límites, la superinteligencia podría destruir todo lo que le rodea para conseguir los recursos para esta fábrica de clips. Se trata de un ejemplo exagerado, pero muestra claramente por qué es importante enseñar a la IA a comprender nuestras verdaderas intenciones y a tener limitaciones incorporadas (principalmente, no hacer daño a las personas). Desarrollar métodos para controlar la IA es una prioridad. Algunos expertos dicen que primero hay que crear prototipos simplificados de IA y probarlos en condiciones seguras antes de dejarlos entrar en el mundo real.

Abuso y uso peligroso. Aunque se controle la propia IA potente, sigue existiendo el riesgo de que la gente la utilice para hacer daño. Como ocurre con cualquier tecnología potente, la IA puede convertirse en un arma en manos de quienes tienen malas intenciones: terroristas, delincuentes y Estados sin escrúpulos. Uno de los temores es que una IA potente ayude a crear nuevos tipos de armas o a sintetizar un virus mortal.

Confidencialidad. Una IA fuerte tendrá acceso a enormes cantidades de datos y podrá hacer cualquier cosa con ellos. Esto plantea la cuestión de la privacidad: ¿cómo proteger los datos personales de la gente? Por ejemplo, si la IA procesa todos los correos electrónicos, vídeos de vigilancia e historiales médicos, ¿no se convertirá en un control total? Y otro aspecto inusual son los derechos de la propia IA. Si algún día creamos una inteligencia artificial consciente, ¿deberíamos concederle ciertos derechos (a existir, a elegir acciones)? De momento es hipotético, pero los filósofos ya están debatiendo si sería ético explotar como esclava a una máquina inteligente consciente.

Y, por último, la desigualdad social/accesibilidad de la tecnología. Un problema práctico es quién poseerá y controlará la IA fuerte, si se concentra en manos de un estado o de unas pocas corporaciones. El acceso desigual a la IA podría ampliar la brecha económica entre países. Los que la posean tendrán una enorme ventaja en productividad e influencia en literalmente todo…

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