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A pesar de los importantes avances en el desarrollo de los sistemas operativos móviles, tanto Android como iOS, los usuarios pueden seguir encontrando problemas con su funcionamiento de vez en cuando. Por lo tanto, es necesario que aprendas a reconocer y resolver estos problemas por ti mismo, ya que muchos aspectos importantes de nuestra vida dependen de la estabilidad de tu smartphone. En este artículo, veremos los errores más comunes en las plataformas Android e iOS y compartiremos los secretos para solucionarlos.
Errores comunes de Android
La variedad de dispositivos Android, así como las numerosas modificaciones y actualizaciones de firmware de los fabricantes, a menudo provocan fallos impredecibles. Uno de los problemas más comunes es la descarga repentina de aplicaciones de la memoria: parece que la aplicación simplemente “se cierra” sin previo aviso. La mayoría de las veces, esto ocurre en modelos económicos con poca memoria RAM o firmware mal optimizado. También son frecuentes los conflictos entre programas instalados: cuando dos utilidades con funciones similares interfieren entre sí, provocando fallos o ralentizaciones del sistema.
Muy a menudo, se produce un problema inesperado cuando actualizas a una nueva versión de Android, especialmente si el fabricante del smartphone no ha conseguido optimizar su propio shell. En este caso, el teléfono puede reiniciarse solo, congelarse en la pantalla de arranque o comportarse incorrectamente con la cámara. Otra fuente notable de errores es la memoria flash: cuando está llena, el sistema operativo empieza a ralentizarse, las aplicaciones se abren lentamente, y los mensajes sobre memoria insuficiente simplemente te impiden utilizar el dispositivo.
Fallos y errores de iOS
A pesar de su legendaria optimización, iOS no es inmune a los errores. Entre los más comunes están los problemas con la conectividad Wi-Fi, cuando el sistema se niega obstinadamente a conectarse a una red conocida o se “cae” periódicamente. Otros casos mencionados con frecuencia son aplicaciones que se bloquean inmediatamente después de iniciarse o situaciones en las que aplicaciones estándar (como Mail o Mensajes) dejan de funcionar de repente. A veces, los usuarios de iPhone notan un mayor consumo de batería tras una nueva actualización. Esto puede deberse a que, durante la instalación de las actualizaciones del sistema, algunos servicios se bloquean o no consiguen completar la configuración. Como resultado, los procesos en segundo plano siguen ejecutándose en exceso, agotando la batería. También se producen errores con mensajes de desbordamiento de almacenamiento, cuando el dispositivo está seguro de que la memoria está llena, aunque todavía queda espacio de sobra.
Considera las causas de los fallos
No siempre el sistema operativo es la causa del fallo; muy a menudo el origen está relacionado con los ajustes del teléfono o con el funcionamiento incorrecto de una aplicación concreta. Por ejemplo, en Android, cualquier modificación o instalación de firmware personalizado sin seguir las instrucciones oficiales a veces puede incluso provocar que el dispositivo se congele al encenderlo. En iOS, surgen circunstancias aún más complicadas tras los intentos de hacer jailbreak (es decir, eliminar restricciones).
Una conexión a Internet inestable/problemas con la red móvil suelen dar lugar a situaciones en las que el usuario cree que el teléfono está estropeado. En realidad, el motivo puede ser una configuración incorrecta del router o un mal funcionamiento por parte del operador de telefonía móvil. Además, la acumulación de grandes cantidades de caché puede hacer que las aplicaciones funcionen mal: por ejemplo, las aplicaciones de redes sociales a veces no actualizan el feed o se congelan al iniciarlas debido a conflictos en los archivos temporales.
He aquí un ejemplo: tras instalar una actualización de Android, un smartphone empieza a mostrar el mensaje “Error en los servicios de Google Play”. El usuario piensa que tendrá que ponerse en contacto inmediatamente con un centro de servicio. Sin embargo, en la mayoría de los casos, basta con ir a Ajustes – Aplicaciones – Servicios de Google Play y borrar la caché y los datos. Después, el dispositivo se reiniciará y lo más probable es que el conflicto desaparezca.
Volviendo a iOS, y si hay situaciones en las que las aplicaciones oficiales empiezan a fallar sin razón aparente, un simple reinicio del gadget ayudará, pero en casos más complicados, reinstalar la aplicación ayudará. Para ello, desinstala la aplicación, luego búscala en la App Store de forma clara para todos y vuelve a instalarla; la mayoría de los datos se restauran de forma segura desde la nube (siempre que se haya activado la copia de seguridad).
¿Cómo evitar estos errores?
Una prevención adecuada ayuda a evitar fallos graves en el funcionamiento de la plataforma móvil. Una de las reglas básicas es asegurarte de que tu dispositivo siempre tiene suficiente memoria libre: intenta borrar regularmente fotos, vídeos y aplicaciones innecesarias que no hayas abierto en un tiempo. En Android, también debes instalar el firmware y las actualizaciones oficiales y, si es necesario, utilizar un antivirus fiable para buscar malware.
En iOS, lo más importante es instalar las actualizaciones a tiempo: los desarrolladores suelen publicar pequeñas correcciones de errores que mejoran la compatibilidad con aplicaciones de terceros. Y si surgen problemas, es buena idea anotar el mensaje de error en qué condiciones se produjo el fallo, lo que te ayudará a encontrar rápidamente la solución adecuada en los foros oficiales.
+Otra cosa: la gente a veces descuida hacer copias de seguridad de sus datos, y esto puede ser un error fatal en caso de avería grave o necesidad de restablecer el smartphone a los ajustes de fábrica. Para protegerte de pérdidas impredecibles de contactos importantes, fotos, documentos, etc., deberías hacer periódicamente copias de seguridad en Google Drive y iCloud. Algo tan sencillo ahorra mucho tiempo y nervios.
Como resultado, los sistemas operativos de los dispositivos móviles son cada vez más estables, pero incluso el entorno más fiable puede fallar y causar errores. Y en la mayoría de los casos, los usuarios pueden resolver con éxito el problema por sí mismos sin gastar dinero extra en reparaciones o en comprar un nuevo aparato. Sólo recuerda mantener un enfoque sobrio y un análisis calmado, ya que ayuda a comprender exactamente dónde se esconde la raíz del problema. La misma regla se aplica tanto a Android como a iOS: el mantenimiento regular de tu dispositivo y la elección consciente de las aplicaciones son quizá la mejor protección contra las sorpresas desagradables.