La poco conocida empresa Furrion presentó su primer robot exobiónico, llamado Prosthesis, en la feria internacional CES 2018. Pesaba más de 3,5 toneladas, y para subir a ella había que trepar hasta una altura de 4,5 metros.
La prótesis es un exoesqueleto que debe estar conectado a una persona. Controla todas las funciones y movimientos de este aparato extremadamente grande.
Durante tres años, los desarrolladores del exoesqueleto no han dejado de mejorarlo y complementarlo, y tienen previsto organizar carreras reales con la participación de estos mecanismos en las carreteras más extremas, incluidos lugares intransitables de todo el mundo. Los científicos confían en que las prótesis lleguen a todas partes, y todo lo demás depende del piloto.
Se sabe que al principio el mecanismo caminaba, pero el autor del proyecto prometió que en dos meses le enseñaría a correr y, a finales de año, a saltar desde parado. Todos estos esfuerzos estaban encaminados a crear una plataforma para que la Racing Robot League siguiera desarrollándose activamente y sin obstáculos. Con el tiempo, todo el mundo podrá participar en la carrera. También se informa de la creación de una escuela de pilotos en el desierto.
Además, Furrion registró más tarde la primera liga de carreras de robots del mundo, llamada X1 Mech Racing League, e incluso llevó a cabo con éxito una campaña de Kickstarter en la que cualquiera con suficiente dinero, concretamente 2.500 dólares canadienses, podía convertirse en participante de honor en un programa de formación para pilotos de este exoesqueleto robótico.
En agosto de 2020, un conocido YouTuber canadiense intentó completar varias lecciones de este dificilísimo programa. El desarrollador del exoesqueleto, Jonathan Tippett, observó y ayudó al recién llegado en este proceso.
Características técnicas de la PRÓTESIS:
- Peso: 4 toneladas.
- Altura: 4 metros.
- Anchura: 5,5 metros.
- Longitud: 5,1 m.
- Horas de trabajo: 15-60 minutos.
- Batería: 96V x 20kWh LiIon.
- Sistema de movimiento: electrohidráulico con respuesta táctil directa.
- Sistema de suspensión: amortiguadores neumáticos personalizados.
La prótesis está fabricada con tubos cromados.
Está propulsado por dos motores eléctricos de 225 CV, a través de un sistema hidráulico, muelles y sistemas de suspensión. Sus enormes brazos y piernas reaccionan a los movimientos de las extremidades correspondientes del piloto.
Gracias al mecanismo de retroalimentación, el usuario siente un impulso táctil y pierde la capacidad de mover una de las extremidades cuando la prótesis encuentra un obstáculo en su camino.
La seguridad del piloto está garantizada por un armazón colocado alrededor de la cabina. La propia cabina está montada sobre amortiguadores.
Bajo la dirección de un piloto experimentado, el exoesqueleto puede alcanzar velocidades de hasta 30 km/h. El aparato es capaz de levantar y apretar cargas y coches pequeños con sus púas metálicas. El traje puede sostenerse sobre sus extremidades traseras. Pero al realizar una tarea de este tipo, hay que recordar que el exoesqueleto no está equipado con sistemas automáticos de estabilización, un hidroscopio o una unidad de control electrónico, por lo que si una persona comete un error, el mecanismo no podrá mantener el equilibrio y se caerá.
Así pues, dado que este proyecto se está desarrollando activamente, es sólo cuestión de tiempo que las carreras de mechs gigantes a nivel profesional sean una realidad.