Investigadores chinos de la Universidad de Zhejiang y del Instituto de Tecnología de Pekín han anunciado el éxito de las pruebas de una nueva tecnología capaz de interferir el satélite de Internet Starlink. Durante la modelización, los expertos recrearon un escenario en el que el Ejército Popular de Liberación de China tiene que inutilizar las comunicaciones enemigas en un territorio equivalente a Taiwán. Los cálculos mostraron que esto es posible con el uso de unos mil drones equipados con material de guerra electrónica.
Pekín ha intensificado la investigación de métodos para contrarrestar Starlink tras evaluar la eficacia con que funcionó la red durante la invasión rusa de Ucrania. A los expertos chinos les preocupa que, en caso de conflicto sobre Taiwán, el enemigo pueda proporcionar una conexión estable directamente desde una agrupación orbital que podría incluir hasta 8.000 satélites maniobrables capaces de cambiar frecuencias, rutas de señal y adaptarse rápidamente a los intentos de interferencia. Los modelos han demostrado que podrían ser necesarios entre 935 y 2.000 drones con sistemas de guerra electrónica sincronizados para bloquear eficazmente la cobertura Starlink sobre Taiwán, dependiendo de las características técnicas del equipo.
Los investigadores chinos también están considerando la posibilidad de colocar equipos de guerra electrónica en globos o aviones, lo que, en su opinión, crearía una especie de “escudo” electromagnético sobre el territorio enemigo e interrumpiría las comunicaciones por satélite. Mientras tanto, en Europa, las principales empresas aeroespaciales -Airbus, Thales y Leonardo- han anunciado un acuerdo preliminar para fusionar sus activos espaciales en una empresa conjunta, tratando de reforzar sus posiciones en el mercado de la tecnología y los servicios por satélite en medio del rápido crecimiento de la influencia de Starlink. También nos gustaría recordarte el artículo que ya hemos escrito“Conectividad del futuro: Ucrania, banco de pruebas de Starlink móvil en Europa“.
Las pruebas de interferencia de Starlink demuestran que Internet por satélite ya no es sólo una infraestructura civil y se está convirtiendo cada vez más en un recurso militar estratégico. El uso de drones y sistemas de guerra electrónica para bloquear las comunicaciones demuestra que, en futuros conflictos, el control de los canales de comunicación en el espacio podría ser un factor clave para obtener ventaja en el campo de batalla. Esto subraya el creciente papel de las redes de satélites en la geopolítica y las estrategias de defensa modernas.
