Brazos robóticos: historia y presente

Los primeros brazos robóticos aparecieron y empezaron a utilizarse hace casi un siglo. El científico que patentó el brazo a distancia en 1951 fue Raymond Hertz. Se diseñó para uso industrial, concretamente para trabajar con sustancias y materiales radiactivos.

Unos años más tarde, George Devol empezó a trabajar en el proyecto Programmed Transfer Article y fundó su propia empresa, que más tarde fue comprada por Condec Corp. Un equipo de 6 personas se puso a ejecutar los planes de Devol. La primera etapa consistió en crear un brazo mecánico con 5 grados de libertad.

Otras empresas y países trabajan en proyectos similares. Así aparecieron los brazos de Stanford , robots industriales con 6 grados de libertad. Fueron desarrollados en la Universidad de Stanford por Victor Sheinman en 1969. Este dispositivo era un manipulador en serie con una cadena cinemática formada por dos articulaciones giratorias (prismática y esférica).

En 1976, el brazo robótico se utilizó por primera vez en las sondas espaciales Viking 1 y 2.

Con el tiempo, empezaron a fabricarse en serie dispositivos similares y a implantarse en diversos ámbitos de la vida humana.

Una de las marcas más populares es Dobot, que produce
Shenzhen Yuejiang Technology Co.
.

Los principales productos de la empresa son:

  1. Dobot V1.0. Este brazo podría realizar tareas que el usuario formulara claramente.
  2. Dobot Magician podía escribir y hacer grabados láser.
  3. La Dobot M1 estaba equipada con dos accesorios para herramientas, ventosas, 4 ejes o accesorios para grabadores láser y estaba diseñada para uso industrial por parte de pequeñas empresas.
  4. Dobot Rigiet es un estabilizador de tres ejes para cámaras y smartphones.

Los científicos estadounidenses del Centro de Tecnología Musical del Instituto de Tecnología de Georgia también han trabajado activamente en este campo, por lo que en 2016 ofrecieron al gran público un brazo mecánico reemplazable que convertía a un batería corriente en un “cíborg”. Este aparato medía 61 cm, captaba ondas musicales y podía improvisar con tempo y ritmo, no sólo copiando los movimientos del músico, sino reaccionando rápidamente a las vibraciones musicales, lo que le permitía complementar la música. El invento está equipado con un acelerómetro. Esto le permite ajustar su posición en relación con la batería. Gracias a la tecnología utilizada, los movimientos de la “mano mecánica” son suaves y naturales.

Científicos británicos han anunciado sus últimos logros. Han desarrollado un brazo robótico muy diferente de los que existen en la actualidad. Puede retener objetos sin soltarlos. La sensibilidad de la “piel” y el movimiento de la muñeca le ayudan a hacerlo. Puede predecir si será capaz de sostener determinados objetos. Para ello, el mecanismo utiliza la información recibida a través de los escáneres colocados en él. Unos investigadores han impreso en una impresora 3D un brazo robótico que lleva implantados sensores que le permiten percibir los objetos que toca.

El dispositivo puede realizar movimientos pasivos basados en la muñeca. Los dedos individuales estaban totalmente motorizados. Durante el estudio se realizaron más de 1.200 pruebas. Al principio, se le entrenó con pelotas de plástico pequeñas y medianas, tras lo cual hizo intentos de agarrar diversos objetos, como un melocotón, un rollo de película, etc. Según los observadores, el brazo robótico superó la prueba, agarrando 11 de los 14 objetos.

Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts compartieron sus conclusiones. Han desarrollado un brazo robótico experimental, el GelSight EndoFlex, que utiliza la tecnología GelSight. Consta de 3 dedos mecánicos, dispuestos en forma de Y en la parte superior y un pulgar opuesto en la parte inferior. Los dedos están cubiertos por un armazón articulado de polímero duro envuelto en una capa exterior flexible y equipado con dos sensores GelSight. Cuando el lado pintado toca la superficie de un objeto, sigue su contorno, mientras que el lado opuesto, con una cámara y tres LED de colores en el centro, capta los detalles de la superficie. A continuación, mediante algoritmos informáticos, estos datos se convierten en imágenes tridimensionales. El EndoFlex combina 6 sensores para crear un modelo tridimensional del objeto capturado. Los estudiantes de posgrado y el profesor que trabajaron en este estudio destacaron la importancia de que el brazo robótico tuviera elementos blandos y duros, así como la capacidad de percibir un área extensa.

Así, cada año seguimos trabajando para mejorar los brazos robóticos e introducir su uso en diversos ámbitos de la actividad humana.

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