Imagine un mundo en el que cada película que ve no sólo se hace sin un solo humano detrás de la cámara, sino también en el que los actores de la pantalla no son humanos, sino creados y construidos por la inteligencia artificial. No se trata de la ciencia ficción de las novelas de ciencia ficción, sino de una perspectiva realista que podría convertirse en algo habitual en la industria cinematográfica. La IA ya es capaz de crear imágenes digitales convincentes de personas, escribir guiones e incluso dirigir cortometrajes. Pero, ¿qué significa esto para el futuro del cine?
En el verano de 2023, actores y guionistas se declararon en huelga para expresar su preocupación por cómo la IA podría cambiar su lugar en la industria. Temen que la inteligencia artificial no sólo ayude en la producción de películas, sino que sea capaz de sustituir su trabajo por completo, creando contenidos sin necesidad de actuar o escribir guiones.
Piénselo: películas creadas sin un solo error humano, en las que cada plano, diálogo y emoción están cuidadosamente perfeccionados por algoritmos. Por un lado, esto abre la puerta a infinitas posibilidades en la realización de películas: desde revivir a actores legendarios hasta crear escenas que son físicamente imposibles de rodar con personas reales. Por otro lado, está la cuestión de la autenticidad y singularidad del arte cuando lo crea una máquina en lugar de una persona.
Uno de los ejemplos más sonados de IA en la producción cinematográfica es el proyecto Nothing Forever, una serie interminable basada en Seinfeld en la que todos los diálogos están generados por IA. Este proyecto demuestra cómo la IA puede crear diálogos e historias realistas. Skyler Hartle y Brian Habersberger, los creadores del proyecto, utilizaron tecnologías de aprendizaje automático, algoritmos generativos y servicios de computación en nube para crear su obra.
Los diálogos se basan en el modelo de lenguaje GPT-3 de OpenAI. La intervención humana se minimiza hasta tal punto que incluso el proceso de moderación de contenidos se realiza mediante filtros GPT-3 incorporados.
En los efectos visuales, la IA ayuda a crear imágenes y animaciones impresionantes, minimizando así la necesidad de trabajo manual. El uso de la inteligencia artificial también incluye la generación de texto, música y gráficos. Por ejemplo, Pixar utilizó la IA para crear un personaje compuesto de fuego en la película de animación Los elementos, y fue capaz de lograr resultados naturalistas sin la tediosa edición manual de cada fotograma.
La IA se está utilizando en la interpretación, donde la captura de movimientos y los dipfakes permiten crear imágenes realistas de los personajes. El uso de la IA para rejuvenecer a los actores, como en el caso de Harrison Ford en Indiana Jones y el dial del destino o el resurgimiento del actor Peter Cushing en Rogue One: Star Wars, no hace sino subrayar el potencial de la tecnología para crear nuevas posibilidades visuales.
Te contamos un poco sobre la serie, en concreto, un interesante episodio con IA en un proyecto de Netflix
“Joan Is Awful” es el primer episodio de la sexta temporada de la serie antológica de Netflix Black Mirror. El episodio en sí cuenta la historia de Juana, cuya vida está siendo adaptada en una serie de televisión en tiempo real. Plantea interrogantes sobre la injerencia de los servicios de streaming en la intimidad humana y el uso de la IA para crear escenarios, planteando las cuestiones de la privacidad y el uso de los datos. La historia se centra en una mujer corriente que descubre que una plataforma mundial de streaming ha lanzado un prestigioso drama sobre su vida, protagonizado por una estrella de Hollywood generada por IA.
Este episodio de Black Mirror es un vivo ejemplo de cómo la IA puede afectar a la industria del entretenimiento y a la vida privada, y plantea importantes cuestiones éticas sobre los límites de la intervención tecnológica. “Joan Is Awful” nos hace pensar en el futuro, donde la realidad y la ficción pueden llegar a ser completamente indistinguibles debido al progreso tecnológico.
Para resumir este artículo, sólo podemos añadir que este nuevo mundo de la industria cinematográfica puede estar a la vuelta de la esquina. Pero ¿estamos preparados para aceptar estos cambios? ¿Podrá la IA preservar el alma del cine cuando sean los algoritmos los responsables de su creación? Estas preguntas siguen abiertas y sus respuestas determinarán el futuro de toda la industria cinematográfica.