Cómo afecta OneDrive al rendimiento de los ordenadores antiguos: Microsoft lo explica

Tras nuestro anterior post sobre formas de optimizar Windows, continuamos con el tema de la mejora del rendimiento del sistema. Esta vez, nos centraremos en una de las causas más comunes de ralentización en ordenadores antiguos: el servicio en la nube OneDrive.
Microsoft ha confirmado oficialmente que la sincronización activa de archivos con OneDrive puede suponer una carga adicional para el sistema, especialmente en dispositivos con recursos limitados.

OneDrive es sin duda una herramienta muy útil. Los archivos se guardan automáticamente en la nube, se sincronizan entre dispositivos, e incluso si tu portátil decide “desaparecer”, tus documentos permanecerán a salvo. Sin embargo, para los ordenadores más antiguos, este servicio puede ser como un vecino demasiado activo que llama constantemente a la puerta: en cuanto algo cambia, está ahí con nuevos archivos. Este comportamiento consume recursos: la CPU recibe tareas adicionales, la RAM se llena de servicios de sincronización, y la unidad (sobre todo si es un disco duro antiguo) empieza a hacer ruido como si se estuviera preparando para despegar.

La sincronización se ejecuta en segundo plano, y ahí es donde radica el problema. Cuando OneDrive compara los miles de archivos de tu sistema con la copia en la nube, accede activamente a tu sistema de archivos y al adaptador de red. Si abres un navegador, editas una foto o inicias un juego al mismo tiempo, el sistema empieza a ralentizarse. Esto se nota especialmente cuando está activada la función “Archivos a petición”, que te permite ver todos los archivos en el explorador de archivos aunque no se hayan descargado físicamente. Este truco es bueno en un SSD rápido, pero en máquinas más antiguas a veces te hace sentir como si Windows se preguntara qué sentido tiene la vida.

Microsoft está siendo sincero: OneDrive no está pensado para ser un servicio “ligero” para PCs poco potentes. Pero hay formas sencillas de reducir la carga. Por ejemplo, puedes desactivar la ejecución automática de OneDrive al iniciar el sistema, pausar la sincronización durante el trabajo intensivo o limitar la cantidad de carpetas que supervisa. Para los usuarios más avanzados, puedes incluso configurar la Política de Grupo o el Programador de Tareas para que OneDrive no se ejecute todo el tiempo, sino sólo cuando sea necesario. Un poco de optimización manual y tu viejo portátil parecerá recién actualizado.

Si has decidido darle un soplo de aire fresco a tu ordenador, aquí tienes algunas formas sencillas de hacerlo.

  1. Pausa la sincronización.
    La opción más rápida y segura es simplemente pausar OneDrive durante un periodo de tiempo.
    Haz clic en el icono de la nube de OneDrive en la bandeja del sistema (parte inferior derecha de la barra de tareas).
    Selecciona Pausar sincronización y especifica un periodo, por ejemplo, 2, 8 ó 24 horas.
  2. Desactiva la ejecución automática de OneDrive.
    Si no necesitas OneDrive a diario, puedes dejarlo en el banquillo.
    Pulsa Ctrl + Mayús + Esc para abrir el Administrador de Tareas.
    Haz clic en la pestaña Aplicaciones de inicio.
    Busca Microsoft OneDrive y selecciona Desactivar.
    Después de eso, OneDrive no se iniciará automáticamente cada vez que arranques el sistema, lo que significa que tu ordenador se iniciará más rápido y tu memoria no se llenará de procesos invisibles en segundo plano.
  3. Desactiva el servicio por completo.
    Pulsa Win + R, en la ventana Ejecutar, escribe services.msc y pulsa Intro.
    En la lista, busca OneDrive Sync Engine Host o Microsoft OneDrive Service (el nombre puede variar dependiendo de tu versión de Windows).
    Haz doble clic en el servicio, en la ventana de propiedades, selecciona:
    Tipo de inicio → Desactivado
    Haz clic en Detener
    Guarda los cambios haciendo clic en Aceptar.

OneDrive es una herramienta muy útil que realmente evita que se pierdan archivos y te permite trabajar con documentos desde cualquier dispositivo. Pero, como toda buena idea, puede ser un poco “glotón de castigo” en la vida real. La sincronización constante, los procesos en segundo plano y la indexación de datos pueden convertir un viejo ordenador en una máquina meditabunda que piensa lentamente en lo eterno.

La buena noticia es que la situación está completamente bajo control. Puedes pausar o desactivar esta herramienta. Como resultado, el sistema responderá mejor y el ventilador será más silencioso.

Y recuerda: la optimización de Windows no es una guerra contra la tecnología, sino un arte de encontrar el equilibrio entre comodidad y rendimiento. A veces basta con desactivar un solo servicio innecesario para que tu ordenador vuelva a creer en sí mismo.

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