Cómo funcionan los protocolos de transferencia de información y por qué es importante protegerlos

Como en el caso de las VPN, imaginemos de nuevo que Internet es una ciudad enorme con muchas carreteras, autopistas, cruces y semáforos. Los datos se mueven constantemente por estas carreteras: correos electrónicos, vídeos, música y archivos. Y las “normas de circulación” de estos datos las establecen los protocolos de transferencia de información. Son instrucciones especiales que indican a los datos dónde y cómo moverse para llegar al destinatario rápidamente y sin errores.

En pocas palabras, los protocolos son el lenguaje que “hablan” los dispositivos de una red.

En este artículo examinaremos más detenidamente los principales protocolos de transmisión de datos que son fundamentales para el funcionamiento de Internet y otras redes.

TCP/IP (Protocolo de Control de Transmisión o Protocolo de Internet)

TCP/IP no es un protocolo único, sino un conjunto de protocolos, y es un estándar para la transmisión de datos en redes. Incluye varios protocolos importantes que funcionan a distintos niveles.

TCP (Protocolo de Control de Transmisión)

TCP es un protocolo que proporciona una transmisión fiable de datos de un nodo de red a otro. Realiza las siguientes funciones clave:

  1. Garantiza que los datos se entregan sin errores, en el orden correcto y sin duplicados.
  2. Ajusta la velocidad de transmisión de los datos en función de la capacidad del destinatario para procesarlos.
  3. Reduce el riesgo de congestión de la red adaptando la velocidad de transferencia de datos al estado actual de la red.

IP (Protocolo de Internet)

IP funciona a un nivel inferior en comparación con TCP y proporciona direccionamiento y encaminamiento de paquetes (bloques de datos) en la red. Por ejemplo, el direccionamiento, en el que cada dispositivo de la red tiene una dirección IP única que se utiliza para identificar los nodos, y el encaminamiento, que es la determinación de la ruta de los paquetes de datos del emisor al receptor a través de varios dispositivos de la red (por ejemplo, los encaminadores).

HTTP (Protocolo de transferencia de hipertexto)

HTTP es un protocolo utilizado para transmitir documentos de hipertexto, tomemos como ejemplo las páginas web. Funciona sobre la base de peticiones y respuestas:


Petición:
Cuando introduces una URL en tu navegador, éste envía una petición al servidor mediante HTTP.


Respuesta:
El servidor procesa la petición y devuelve una respuesta, que suele contener el código HTML de la página.

HTTP es un protocolo sin estado, lo que significa que el servidor no almacena ningún dato entre dos peticiones del mismo cliente.

HTTPS (HTTP Seguro)

HTTPS ya es una extensión de HTTP que utiliza la encriptación para garantizar la transmisión segura de datos. HTTPS utiliza el protocolo SSL/TLS para cifrar los datos, y en este caso proporciona:


Confidencialidad:
La información no puede ser leída por terceros durante la transmisión.


Integridad de los datos:
Los datos no pueden alterarse durante la transmisión.


Autenticación:
Puedes verificar que un sitio web es quien dice ser.

FTP (Protocolo de transferencia de archivos)

El protocolo FTP está diseñado para transferir archivos entre un cliente y un servidor. Permite a los usuarios subir archivos al servidor o descargarlos de él. El FTP puede funcionar de dos modos:


Modo activo:
El servidor inicia una conexión de datos.


Modo pasivo:
El cliente inicia la conexión de datos.

El FTP es muy útil para archivos grandes, pero no cifra los datos, lo que lo hace vulnerable a la interceptación. Para transferir archivos de forma segura, te recomendamos que utilices SFTP o FTPS, ya que proporcionan encriptación de datos.

Todos estos protocolos constituyen la base de la comunicación en red y permiten que las tecnologías de Internet funcionen con eficacia y seguridad en una amplia gama de aplicaciones.

¿Por qué es importante proteger estos protocolos?

Proteger la información en la red no es menos importante que proteger tu propia casa. Aquí tienes algunos “bloqueos” y “alarmas” clave:


La encriptación:
Es como enviar correos electrónicos secretos en un código difícil de descifrar. Aunque alguien intercepte esos datos, carecerán de sentido para él sin una clave especial.


Autentificación:
Verificar que “tú” eres realmente “tú”. Puede ser una contraseña, una huella dactilar o un escáner facial. Estos métodos ayudan a garantizar que sólo tenga acceso a la información la persona a la que va destinada.


VPN (Red Privada Virtual):
Una VPN crea un “túnel” seguro para tus datos, incluso en una red abierta e insegura, como una cafetería o un aeropuerto. Es como conducir en un coche invisible.

¿Cómo proteger tus datos?

Proteger la información en el mundo digital no es sólo una necesidad, sino también una responsabilidad diaria. A continuación, hemos descrito cada una de las opciones con más detalle para ayudarte a mantener segura tu información:

Paso 1. Utiliza contraseñas seguras

Las contraseñas seguras son la primera y más importante protección contra el acceso no autorizado. A continuación te explicamos cómo crear una contraseña segura:

  • Utiliza letras mayúsculas y minúsculas, números y caracteres especiales. Cuanto más diversa sea la contraseña, más difícil será de descifrar.
  • La longitud recomendada de la contraseña es de al menos 12 caracteres. La mayor longitud hace que sea mucho más difícil elegir.
  • No utilices contraseñas fáciles de adivinar, como “contraseña”, “123456”, ni nombres de mascotas, familiares, etc.
  • Un software de gestión de contraseñas puede ayudarte a generar contraseñas aleatorias y seguras, y a guardarlas en un lugar seguro.

Paso 2. Mantén tu software actualizado

Las actualizaciones periódicas de software ayudan a proteger tus dispositivos de vulnerabilidades que pueden ser aprovechadas por agentes malintencionados:

  • Activa las actualizaciones automáticas en tu ordenador, smartphone y otros dispositivos.
  • Mantén actualizados no sólo tus sistemas operativos, sino también todas las aplicaciones instaladas, especialmente el software antivirus.
  • Comprueba de vez en cuando que todas las aplicaciones y sistemas de tu dispositivo están actualizados.

Paso 3. Cuidado con el Wi-Fi

En uno de nuestros artículos anteriores, hablamos del Wi-Fi con más detalle. Debes comprender que las redes abiertas pueden ser peligrosas:

  • Utiliza una VPN. Una red privada virtual encripta tu tráfico de Internet. Esto, a su vez, ayuda a proteger los datos incluso en redes Wi-Fi abiertas.
  • Evita entrar en cuentas personales o realizar transacciones financieras cuando estés conectado a una Wi-Fi pública.
  • Si es posible, utiliza redes con encriptación WPA2 o WPA3 para mayor seguridad.

Paso 4. Cifrar datos sensibles

La encriptación ayuda a proteger tu privacidad, aunque intercepten tus datos:

  • La mayoría de los sistemas operativos modernos te permiten encriptar todo el disco duro.
  • Para archivos especialmente sensibles, puedes utilizar software especializado para encriptar archivos individuales o sólo determinadas carpetas.
  • Utiliza servicios que proporcionen encriptación de archivos durante la transmisión y el almacenamiento (por ejemplo, Dropbox o el conocido Google Drive).

Cada uno de estos pasos es importante no sólo para proteger tu información personal, sino también para garantizar que tus actividades en Internet sigan siendo privadas.

Comprender y utilizar adecuadamente los protocolos de transferencia de datos, así como aplicar las prácticas de seguridad recomendadas, son fundamentales para trabajar de forma segura y protegida en el mundo digital.

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